Nota de Color - Clara Martinez
Guillermo Gonzáles y su hermana abrieron su primer local en La Plata en 1970 como un negocio familiar. Comenzaron puramente con productos artesanales pero con los años y los cambios que se fueron dando en el país, las modas y las tendencias fueron ganando un espacio en el local y se empezaron a incorporar otro tipo de productos: objetos importados, de regalaría, carteras y bolsos. Siempre manteniendo el mismo estilo que caracteriza al comercio.
Además del local central en La Plata, dos años más tarde se inauguraron otros dos en Claromecó y Tres arroyos. Estos dos hoy funcionan únicamente durante la temporada de verano. En éstos, además de vender exactamente la misma mercadería que en la sucursal central hay un fuerte que son los productos estacionales, sobre todo en Claromecó, teniendo en cuenta que es un lugar de playa, los objetos de náutica ocupan gran parte del local y son una de las principales demandas.
Actualmente, los tres locales son manejados únicamente por Guillermo, quien considera que a pesar de vender lo mismo en cada lugar tiene un público diferente y por lo tanto otro trato y otra venta. Los productos suelen variar según sus locales y sus clientes, que muchos son hijos o nietos de los primeros que compraban cuando el local recién había abierto, pero siempre bajo el estilo y la línea que caracteriza al local El Artesano.
Adaptarse al tiempo
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15:27
Mediodía húmedo en El Artesano
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15:57
Territorio - Bárbara Rocío Benitez
Viernes, 11 horas del mediodía en La Plata, el cielo parece que se va a caer. La lluvia amenaza a los ciudadanos pero igualmente aquel local abierto desde 1970 sigue en pie, superando catástrofes, manteniendo su estilo artesanal en aquella esquina de 54 y 6. Con los pies empapados y bajo aquel pequeño techo que cubre la vidriera repleta de aritos, tazas, mates decidimos ingresar en ese negocio que por fuera parece gigante pero por dentro es diminuto.
Su puerta está abierta e invita a entrar. En el interior la luz es leve, está cubierta por la gran cantidad de objetos a la venta. Los ojos no llegan a captar la gran cantidad de cosas pegadas una al lado de la otra. Lo artesanal se fusiona con lo industrializado.
El gran mostrador delimita el espacio redondo donde los clientes se paran. Allí atrás se encuentran dos empleados, una joven y un hombre mayor. Detrás del mostrador, a espaldas de los trabajadores se ve la vidriera y al otro lado de la misma, donde pasan los autos y cae la lluvia.
En el mostrador del lado derecho apenas se pueden apoyar los brazos, sobre este hay velas, lapiceras, anotadores, sahumerios y jabones. Del lado izquierdo hay un diminuto espacio marcado por otro tipo de lapiceras y lápices, tarjetas de regalo y algunas agendas de Mafalda. Entre los clientes se encuentran estructuras metálicas de donde cuelgan llaveros, carteras y paraguas. Regalos para niños y útiles para el colegio.
En el techo se ven osos de peluche gigantes y mochilas. Una columna sostiene, del lado derecho, el techo de madera, en esta se ven tres cuadros de The Beatles. Dirigiendo la vista a la entrada se observa a la izquierda cinturones y más carteras de cuero.
Luego de unos minutos de espera, llegó a escena el dueño de “El Artesano”, para dar una entrevista en la calle, mientras los autos salpicaban y la vereda se empapaba.
Viernes, 11 horas del mediodía en La Plata, el cielo parece que se va a caer. La lluvia amenaza a los ciudadanos pero igualmente aquel local abierto desde 1970 sigue en pie, superando catástrofes, manteniendo su estilo artesanal en aquella esquina de 54 y 6. Con los pies empapados y bajo aquel pequeño techo que cubre la vidriera repleta de aritos, tazas, mates decidimos ingresar en ese negocio que por fuera parece gigante pero por dentro es diminuto.
Su puerta está abierta e invita a entrar. En el interior la luz es leve, está cubierta por la gran cantidad de objetos a la venta. Los ojos no llegan a captar la gran cantidad de cosas pegadas una al lado de la otra. Lo artesanal se fusiona con lo industrializado.
El gran mostrador delimita el espacio redondo donde los clientes se paran. Allí atrás se encuentran dos empleados, una joven y un hombre mayor. Detrás del mostrador, a espaldas de los trabajadores se ve la vidriera y al otro lado de la misma, donde pasan los autos y cae la lluvia.
En el mostrador del lado derecho apenas se pueden apoyar los brazos, sobre este hay velas, lapiceras, anotadores, sahumerios y jabones. Del lado izquierdo hay un diminuto espacio marcado por otro tipo de lapiceras y lápices, tarjetas de regalo y algunas agendas de Mafalda. Entre los clientes se encuentran estructuras metálicas de donde cuelgan llaveros, carteras y paraguas. Regalos para niños y útiles para el colegio.
En el techo se ven osos de peluche gigantes y mochilas. Una columna sostiene, del lado derecho, el techo de madera, en esta se ven tres cuadros de The Beatles. Dirigiendo la vista a la entrada se observa a la izquierda cinturones y más carteras de cuero.
Luego de unos minutos de espera, llegó a escena el dueño de “El Artesano”, para dar una entrevista en la calle, mientras los autos salpicaban y la vereda se empapaba.
Guillermo y El Artesano
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LaPlatartesanos
en
17:42
PERFIL - Ayelen Castrosin
En la actualidad, ya no es lo más común tener un local puro y exclusivamente para la venta de artesanías. Guillermo Gonzáles, desde la década del ’70 trabaja en El Artesano, un local que creó junto a su hermana, quien después de dos años decidió hacerse a un lado del proyecto.
Alto y serio, alrededor de los 40 años de edad, no bajó los brazos y supo adaptarse a cada cambio externo que así lo requería. Pasó de fabricar casi la totalidad de su mercancía, a incorporar también, hoy, productos importados y artículos de librería. Con su voz cálida, lenta y con las palabras justas, no deja espacio a ninguna duda sobre lo que hacer.
Llegó a la ciudad de La Plata con el mismo objetivo que muchos de los residentes que se suman cada año: estudiar. Inclinado hacia lo comercial, abrió el negocio para seguir con lo que ya estaba instalado en Claromecó.
A la vista, parece un hombre frío y distante, con su pantalón oscuro y un suéter clásico. Pero junto con el respeto con el que se maneja, con sus empleados tiene una relación de confianza y amabilidad, de esas relaciones que no necesitan del “usted” para comunicarse. Sus clientes son, en su mayoría, ya conocidos, que compran en su negocio de generación en generación. Casi como una costumbre familiar.
Tampoco se podría rehusar a responder unas preguntas un viernes al mediodía a pocos metros de la lluvia que amenaza con salpicar. Y despreocupado por la condición del clima, se ofreció a responder más inquietudes, de ser necesario, tras la entrega de una tarjeta de su local.
Comercios vs. Artesanos : la voz de los comerciantes
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LaPlatartesanos
en
11:35
Los
comerciantes dedicados a la venta de productos relacionados con la “artesanía“
, expresaron su preocupación ante el crecimiento y proliferación de ferias y
manteros dedicados al mismo rubro, pero con desiguales normas comerciales e
impositivas.
Guillermo
González, dueño del local comercial “El Artesano “, que durante más de cuatro
décadas se dedica a la manufacturación y venta de productos artesanales
dijo:”hoy la competencia es feroz”, a su vez hizo una diferenciación entre sus
competidores: carteras, pañualeria y bijouterie siempre se vendió, hoy el
problema pasa por el dónde se vende y bajo qué reglas”.
Desde
su local comercial, que funciona hace más de 40 años en la esquina platense de
Diagonal 79 y las calles 6 y 54, González, cuenta: “la competencia con los
manteros es feroz, despiadada”, dejando en claro que, ante la igualdad de
condiciones comerciales con locales de accesorios importados como las cadenas
Isadora u Onda Shop dijo:”con negocios instalados como el nuestro, hay
competencia, pero todos estamos con las mismas reglas, en cambio con los
feriantes y manteros, no”.
“El
Artesano”, cuenta con dos sucursales, una en Claromecó, que además de
artesanías vende artículos para playa y otra en Tres Arroyos, sólo de
artesanías, es un negocio emblemático y tradicional de la ciudad de La Plata,
que según su dueño “debe ser uno de los muy pocos comercios con tantos años
ininterrumpidos de la ciudad “y respecto a esto señaló que hubo muchos cambios en
la comercialización de artesanas y expresó: ”hoy , hay muchísimas ferias en
paseos públicos, muchísimas plazas y muchísimos manteros por fuera del circuito
de ferias, que exponen y venden sus productos en la vía pública, entonces la
competencia es cada vez más feroz y desleal”.
González,
continuó diciendo que “al no pagar ningún impuesto, ni tener la presión
impositiva que sí tienen los negocios, los manteros compiten de forma desleal,
vendiendo con los mismos precios sus
productos”. Consultado ante una posible
salida a esta problemática dijo: “esto forma parte del gran desorden que tiene
el país. Estamos mal, eso no lo
manejamos nosotros”
El movimiento hippie y los artesanos
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LaPlatartesanos
en
17:45
Nota de color- Alberto Cremonte
En
los últimos años de la década del ´60 comenzó a gestarse una rebelión juvenil,
muy particular, que fue conocida como “movimiento hippie”, que se caracterizaba
por pregonar la “anarquía no violenta”, la preocupación por el cuidado del
medio ambiente y por un rechazo a las políticas materialistas occidentales.
Este
movimiento tiene su origen en la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, y
básicamente es en oposición a la sociedad de consumo y mediocridad que
prevalecía en ese país, ante los cambios y mejoras que se estaban produciendo a
nivel económico e industrial, que elevaron el nivel adquisitivo de la gran
mayoría de los ciudadanos. Estos jóvenes se revelaron, condenando la actitud
cómoda y conservadora de la sociedad y del sistema burgués. La oposición a la
guerra de Viet- nam coronó a este movimiento.
La
palabra “hippie” deriva del vocablo inglés “hipster”, que alude a los que
pretendían ser “vanguardistas”. El movimiento hippie es posterior al de la Generación Beat ,
de la que heredaron la vida bohemia y el anti autoritarismo. Así comenzaron a
reunirse en comunas y a vivir en comunidades, donde no había jerarquía y se
fomentaba la libertad individual, la revolución sexual y el amor libre, como
así también el consumo de drogas alucinógenas como el LSD y la marihuana y los
métodos de meditación oriental.
Artísticamente,
fue un movimiento muy prolífero, basado en la psicodelia y la multiplicidad de
colores, expresados en la moda, artes gráficas, música y en otros ámbitos
relacionados con esta contra cultura.
En
Argentina, el movimiento hippie compartía el espíritu de los originales de San
Francisco, de luchar por un cambio social, aunque tenían sus propios reclamos.
En ese momento de la historia, el país era gobernado por la dictadura militar
que encabezaba el General Juan Carlos Onganía y los jóvenes veían sus
libertades restringidas, eran discriminados por la sociedad, perseguidos y
reprimidos por la policía, solo por su aspecto (pelo largo, barba y por lo
desalineado de su vestimenta).
El
legado artístico de este movimiento contra cultural permanece vigente en la
actualidad y puede apreciarse en distintas ramas del arte contemporáneo, como
la pintura, la música y por supuesto en producciones artesanales de bijouterie y
ornamentos que llevan el sello inconfundible del “hipismo”, tanto por los
materiales usados, la forma de manufactura y principalmente por la filosofía de
vida de los artesanos, que aun hoy continúan luchando y creyendo en que un
mundo mejor es posible. . .
El corazón de la ciudad
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LaPlatartesanos
en
12:42
TERRITORIO- Clara Martínez
Son casi las once y media de la mañana, está fresco y
ventoso pero los rayos de sol se asoman entre los árboles y en unos minutos
invaden completamente la plaza.
Ubicada en 50, 54, 6 y 7, Plaza San Martín es tal
vez una de las más concurridas de la ciudad. Esto puede deberse a su
estratégico lugar, en pleno centro, aledaño al Pasaje Dardo Rocha y a que la
gobernación se encuentra en frente de ésta. Lleva su nombre en homenaje al
prócer argentino, que se encuentra
ubicado en el centro de la plaza.
A simple vista es como cualquiera de las otras plazas,
pero en pocos minutos esta percepción cambia un tanto; nos encontramos con
Sergio, un mantero que amablemente nos contó de su vida personal y mejor aún,
es un fiel testimonio de los desalojos brutales que sufrieron muchos artesanos
por parte de autoridades y la policía.
El hecho de que exponga su trabajo en frente de la gobernación no es un
dato menor; hay una tensión constante y en cualquier momento puede ser corrido
nuevamente y despojado de sus artesanías y piedras que tienen un valor
significativo muy grande para él.
El viento de a poco se levanta y produce una especie de
melodía entre los árboles que chocan sin parar. Justo al lado de nosotros, un
hombre vestido con un mono verde forcejea violentamente con un pequeño árbol
para quitarlo del predio. Tironea y al cabo de unos minutos lo arranca de raíz.
Pasa gente continuamente por al lado del paño que expone
Sergio, repleto de sus trabajos realizados en piedra y distintos metales. Al
lado está su mochila, es roja y gigante, esas que suelen llevar a cuestas los
mochileros. Es su compañera, allí dentro guarda además de todos sus objetos de
uso cotidiano, una historia, lo acompaña en todos los viajes que realiza por el
país.
Se podría decir que Sergio es un personaje de la plaza,
todos lo conocen y se acercan con confianza a saludarlo y preguntarle cosas.
La plaza se empieza a poblar, algunos pasan en bicicleta
por el camino de cemento que tiene ésta, se acerca gente con mate o algunos se
disponen con una lona para hacer un picnic. Se acerca un grupo grande de
estudiantes, todos llevan en su mano el tablero característico que utilizan las
carreras vinculadas a lo artístico. Entre risas y gritos se recuestan en algún
pedacito donde haya sombra esperando probablemente para volver a entrar a la Facultad o simplemente a
descansar un rato.
Sergio: frente a las adversidades
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LaPlatartesanos
en
9:18
PERFIL - Bárbara Benítez
En una vereda de plaza San Martín se encuentra Sergio,
sentado en el suelo con su manta al rayo del sol, protege de este su cabeza con
un sombrero de pana marrón. Su tez es oscura, su barba abultada llega hasta su
pecho. A su lado una mochila de mochilero y en sus pies zapatillas deportivas.
Levanta la vista y al ver un grupo de interesado en su trabajo y
sorprendentemente en él los deja sentarse a su lado. Las personas pasan, el las
observa y comienza la charla, un poco desconfiado.
Desorientado y dudoso a lo que acababa de acceder prefiere
no dar su apellido. Detrás de ese joven de unos treinta años, se encuentran
vivencias casi imposibles de pensar. Luego de preguntar que debía decir,
comienza de a poco a contar su historia. “Soy
de La Plata , me
dedico al trabajo en metal, minerales orgánicos y no orgánico”, luego de
esas palabras silencio, hasta que comprendió que debía decir algo más.
Sergio está expuesto al trabajo artesano desde muy chico.
A los 14 años le enseñaron macramé y
desde allí no dejó de hacerlo. Al respecto recuerda: “todo comenzó como un juego, tejíamos con lo que encontrábamos. Ya de
grande entré a una fábrica, no me gusto, el día más feliz de mi vida fue cuando
me echaron”.
Orgulloso de su trabajo, cuenta que lo que más le
apasiona es viajar, y que este se lo permite, “así me gano la vida, hago lo que me gusta. Al hacer lo que me gusta,
ya estoy ganando todo. Tampoco tengo grandes expectativas, no quiero una
Ferrari”. De pronto un hombre se acerca al grupo, interviene en la charla,
al momento en el que el entrevistado habla sobre las ferias, “no me gustan las ferias, atentan contra el
arte”, dice con voz ronca y fuerte Sergio. Se nota en ese tono el rencor y la bronca que tiene
contra estas.
Se escuchan pasos, ruidos de autos, pero eso no impide
que Sergio pueda transmitir todos sus sentimientos en su voz. Va tomando confianza, se relaja, comienza a
hablar cada vez más. La charla comenzó a orientarse hacia el día en que le
levantaron su manta y lo sacaron a la fuerza. Invadido por los prejuicios que
vive cada día su cara se transforma en una especie de dolor, ira y nostalgia. “Nos corrieron a todos utilizando la fuerza.
Estamos muy marcados. Me sacaron el paño el 16 de abril”.
Su voz se vuelve distinta, vuelve a ese tono
revolucionario que tanto siente. El tiempo pasa, el reporter sigue grabando, ya
olvidó su incomodidad en su totalidad, es él en su esencia pura. Sabe que ese
16 de abril lo marcó, pero sigue adelante, de pronto recuerda su primer
contacto con los minerales, fue a los cinco años, en Córdoba, “me traje un montón, con toda la plata que
había juntado en una riñonera”.
Siguiendo el tema de las piedras, plantea que no cree que
estas emitan energía. Lo ve más como un comercio, en su opinión espantoso, que
tienen los comerciantes hacia el público, “creo
que tienen energía, a partir de su belleza”.
Ya sumergiendo la charla en los temas actuales de la
sociedad y la política, se acomoda su sombrerito y se prepara para dar su
visión sobre estos. “Es un problema del
sistema, hay un montón de conceptos que los entiendo pero no los comparto.
Estamos totalmente alejados de nuestra cultura. En la dictadura si ibas a la a
facultad te reventaban a palos, ahora con el paco y las drogas no podes pensar.
Cambió el método pero el fin es el mismo”.
Luego de un largo rato de charla, deja sacar fotografías
a sus trabajos, pero antes vuelve un poco de esa inseguridad y pregunta a donde
irá toda esa información brindada. El miedo a los medios de comunicación estaba
a flor de piel. El decir que los entrevistadores eran de primer año lo hizo
respirar, nadie iba sacarlo de contexto.
Fiel a sus ideales, persiguiendo sus objetivos y con
ganas de poder hacer justicia, con la idea fija de no pisar una feria por la
falta de respeto que esta le tienen a los trabajos del artesano y con una mala
mirada cuando lo llaman mantero, Sergio se acomoda, despide al reducido grupo
que por unas horas fueron sus escuchas y se prepara para una larga y calurosa
tarde junto a sus artesanías, esperando alguna aventura más de tantas ya vividas.
La utopía del trabajo perfecto
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LaPlatartesanos
en
15:53
NOTA - Ayelen Castrosin
Las reglamentaciones en cuanto a
la exposición de artesanías en la vía pública es un tema del que se habla con
frecuenta en el ámbito de los artesanos. Es una historia iniciada hace ya mucho
tiempo cuyo conflicto todavía no llegó a resolverse.
Según cuentan algunos artesanos
que muestran su arte sobre paños en veredas y plazas, empleados del Municipio
de La Plata los corrieron no hace mucho tiempo del lugar en donde se instalaban
diariamente. Utilizando la fuerza y alegando sus motivos a la queja de los
comerciantes más cercanos, no les dieron otra opción más que la de retirarse.
En este relato, ellos no
encuentran un lugar dónde trabajar de lo que les gusta. “Somos la parte que no le gusta a la política del lugar” dice
uno de ellos, Sergio, y admite que “las quejas de los negocios son lógicas”,
porque sus dueños están pagando los impuestos.
Las ferias pueden encontrarse
entre las opciones de algunos, pero éstos son pocos. La Ley federal del
artesano que contempla las reglamentaciones de las ferias y su organización
“atenta contra el artesano”. Algunas de sus obligaciones serían pagar un
monotributo a la AFIP y declarar sus ventas, lo cual para Sergio hace que se
pierda la esencia del arte, de la promoción cultural, y lo vuelve algo
completamente comercial.
Según él, quien hoy vende sus
creaciones en un paño en Plaza San Martín, la feria más conocida de la ciudad
de La Plata tiene sus puestos en malas condiciones y no es un lugar cómodo para
hacer su trabajo. Aspectos básicos como la conexión eléctrica y la estructura
de los puestos son tan precarias que podrían costarle la vida a cualquiera. Es
una feria que está en decadencia, según un amigo que lo acompaña y le trasmite
técnicas de trabajo.
Además, en esta feria no se puede
poner a la venta dos rubros diferentes en un mismo puesto, por lo cual él
debería elegir entre las pulseras de hilo en macramé y las de metal. Los
trabajos deben ser elaborados y puramente artesanales, pero Sergio denuncia que
a veces se le prohíbe la venta a quienes más clientes tienen con excusas de que
usan marca registrada o por trabajar con herramientas especiales y no a mano.
Su amigo explica que los puestos
fijos sólo son dados al cumplir los tres años de antigüedad en la feria, pero
que en algunas ocasiones los han negado y que deberían estar armados a las diez
de la mañana pero el horario nunca se cumple.
En su vida como artesano, los
episodios violentos son reales. Un 16 de abril, días después de que golpearan a
una amiga que exponía junto a él en la plaza para sacarle las artesanías, le
robaron un paño con minerales que costarían alrededor de $5000 y lo amenazaron
de muerte.
Pese a la ayuda de un abogado y
de los vecinos que se presentaron como testigos del hecho, no pudo recuperar
sus pertenencias y, en contravención, recibió una multa de otros casi $5000, la
cual firmó como no conforme. Lo habían decomisado y ni siquiera se había
especificado debidamente las piedras que le sacaron. Tras este hecho, decidió
ir a vivir un tiempo a Misiones.
Hoy, para él es una utopía pensar
en una reglamentación que le permita a los artesanos trabajar como quisieran,
libres de violencia y haciendo lo que más les gusta.
Art Nouveau vigente en las ferias de La Plata
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LaPlatartesanos
en
9:59
NOTA DE COLOR - Ayelen Castrosin
Una de las formas de diseño de las artesanías, especialmente en joyas,
que utilizan quienes venden en la feria de Plaza Italia es el Art Nouveau o
Arte Nuevo, una corriente artística nacida alrededor de 1880. Algunos de estos
artesanos fusionan la herrería con el metal de alpaca, por ejemplo.
Las formas son estilizadas y ondulantes es decir, evitando al 100% las
líneas rectas, y el estilo tiene mucha conexión con la naturaleza por ese mismo
motivo: muchas veces los diseños son inspirados y hasta contienen flores o
mariposas. También los diferentes paisajes pueden dar pie a las creaciones,
especialmente las olas del mar y las montañas.
Desde los comienzos de esta corriente artística, nacida en Europa y
Estados Unidos durante la Belle époque, los motivos más frecuentes son
hojas, flores y también la figura femenina, exponiendo mujeres altas, con
curvas pero esbeltas, y con su pelo en movimiento.
Este tipo de motivos son plasmados tanto en el diseño de interiores y la
arquitectura, joyas y cerámica como en la ilustración. El contraste de colores
es casi esencial en los productos que siguen la corriente del Art Nouveau. En
la mayoría se intenta contrastar el negro o colores opacos similares, con los
colores pasteles.
Los materiales más comunes en las artesanías son el hierro, el cobre y
la plata, y al fundirse y crearse esas formas sensibles que recuerdan a la Edad
Media, adquieren valor artístico. Es por eso que no es necesario el uso de
diamantes sin excepción, por ejemplo, sólo se usan a menudo, al igual que las
piedras de colores o el esmalte traslucido para dar ese efecto de contraste.
Omar Ponce hace 30 años que se dedica a las artesanías, hoy realiza
joyas Art Nouveau en piedras fusionando la herrería de la mano del metal de
alpaca, entre otros. Decidió tomar ese estilo para poder inspirarse en la
naturaleza y darle su toque especial, a su gusto.
Dice viajar e instalarse en lugares donde haya agua y montañas, lo que
también le recuerda a su lugar natal en el sur de Argentina, Santa Cruz. Lo que
más lo inspira son los animales.
Omar Ponce: Filosofía de vida de un viajero
Publicado por
LaPlatartesanos
en
19:21
PERFIL - Clara Martínez
Omar
Ponce tiene una gorra blanca con visera, anteojos oscuros que apenas dejan ver
sus ojos, barba abundante que culmina en una pequeña trenza. El pelo largo le
llega por debajo de los hombros. Bajo su remera blanca asoma un pedazo del
tatuaje que lleva en el brazo izquierdo. En una de sus muñecas tiene una
pulsera roja, verde y amarilla hecha de hilo encerado.
Desde
un lado de un stand, se puede ver a un artesano totalmente compenetrado
curvando un alambre con una pinza. Casi sin darse cuenta, comenzó a hablarle a
quien lo observaba de lo que estaba haciendo y entablaron una conversación en
pocos minutos. Aparentemente, no estaba tan absorto con el alambre y se había
dado cuenta que lo estaban mirando.
Hace
más de treinta años que trabaja con artesanías, hoy las hace especialmente en piedra fusionada con herrería.
-
He evolucionado un poco- dice con una media sonrisa en la cara. Comienza a
contar sobre el oficio de la herrería remontándose a éste en sus primeros
inicios históricos.- El primer oficio es el trabajo con hierro, el segundo… la prostitución
-dice mientras ríe,
esta vez deja ver su sonrisa completa.
La
música comienza a sonar más fuerte, quizá del
stand de al lado o
del que le sigue. Toma una pinza y arregla una de las tantas piezas: – Para
inspirarme me voy un poquito a la naturaleza siempre, me gustan las montañas,
el agua, soy sureño así que debe tener algo que ver con eso.
Se
escuchan gritos de fondo, se mezcla la música con una mucho más tranquila que pusieron
en el stand de enfrente.
Sobre
una reja verde está sujetado un lienzo pintado a mano que indica “Centro
cultural abierto Plaza Italia”. En letra más pequeña y en color rojo, a modo de
firma, “Artesanos y Artistas”.
-
Vine hace dos meses de Mendoza. Me quedo 3 o 4 meses, laburo la piedra y sigo
viaje. El taller lo tengo acá en La Plata. -Pasa un grupo de niños gritando,
los mira y casi sin pensar agrega:- Los maestros pueden ser cualquiera, aprendo
todos los días, puedo aprender de vos como de un niño. Disfruto mucho de la
buena energía del otro, de llevarte bien. -Tiene la voz pacífica y pausada.
-
En esta vida estamos de paso, -agrega
y, automáticamente, cita
un fragmento de la biblia:- Mi dios es ese sol que tenés ahí -mientras señala a un costado-
la madre tierra es mi madre, lo que recibo de afuera debo pasarlo a los demás
también.
Logra
convencer a quien sea de su particular conexión con la
naturaleza. Tiene una mesa repleta de distintas piezas, cada una apoyada sobre
una piedra que le sirve de sostén y de algún modo las exhibe. Sobre un panel
negro acomoda otro par de aros colgantes recién terminados. En el otro extremo
de la mesa, tiene un paño lleno de piedras en forma de dije que cada tanto
limpia, tomándose su tiempo para cada una. Al lado hay una hilera de brazaletes
ordenados por tamaño, de varios colores, hechos también en piedra.
-
Los metales son mucho más fácil de conseguir que los cristales. Se compra por
kilo. En cambio los cristales tenés que viajar donde hay minas, por lo tanto los
tenés que ir más de una vez a buscar de forma ilegal adentro de esas minas o
arreglar con el minero -hace un gesto con los ojos y continúa.- Tenés problemas
siempre, con la policía, con los vecinos, alguien siempre te va a molestar por
más que ellos ni usen las piedras. Yo traigo lo que puedo trabajar yo, lo hago
bien de mochila –se palmea los hombros.- Todo lo que consigo arriba de la
espalda va.
Omar
viene de una familia dedicada al arte: su abuelo hacía ornamentaciones de
cemento, el padre restauraba muebles antiguos, una de sus hermanas es artista
plástica, la otra diseña vestidos de novia y su
hermano es herrero.
-
Vengo de una cuna de arte. Yo soy el viajero -larga una carcajada suave.-
Empecé a los trece años con la madera, estudié un tiempo. Después fui haciendo
de todo un poco; trabajé con hilo, semillas, calado, grabado en ácido y hoy lo
que vemos acá, una especie de herrería artística, -dice señalando la mesa.
Al
costado, en el piso, hay un cajón de mercado dado vuelta que sostiene
martillos, pinzas, tijeras y herramientas que utiliza Omar para sus trabajos.
Tiene una silla de plástico casi de adorno porque no atina a sentarse en ningún
momento.
Cuando
se le pregunta sobre el tema de cómo es la feria, balbucea.
-
Hay una comisión, hay que fiscalizar -hace un gesto con las manos-, tenés que anotarte en un horario, pagar
el stand, lo principal es que tenés
que ser artesano. Si
no tenés lugar siempre podés irte a otro lado, (mira para
abajo unos segundos y continúa). Creo que tenés
más de cien ferias en
capital. -La puestera de al lado le ofrece galletitas, dice que no con la
cabeza y agradece.
-
Con respecto a la feria itinerante es otra cosa; necesitás un
gacebo, un móvil y se complica más. De ese tipo de ferias no puedo participar. Sí he estado en la de Plaza Moreno.
Convencido
dice- yo sigo con la filosofía del viejo artesano,
el verdadero hippie- y al decir esto, ríe.- Hay otros que lo ven con
un fin comercial, yo lo sigo viendo como una filosofía de vida.
El
sol desaparece de a ratos y se nubla. Pasa gente excesivamente abrigada y otros
de pantalones cortos y apenas una musculosa.
-
Tengo unos maestros muy buenos ahora en Mendoza que me enseñan a trabajar la
plata. Son joyeros y tengo la posibilidad de aprender siempre un poco más,
llenar un poquito más la cabeza de cultura. Saber no ocupa lugar, el libro es
el que ocupa lugar nada más, por eso se fabricó la computadora- se echa a reír.
Son
casi las cinco de la tarde, repentinamente se forma un tumulto frente al stand. La gente toca y se prueba los brazaletes y colgantes,
preguntan precios. Su
compañero de charla le hace una
seña a Omar, saluda amablemente y
se va por el camino
empedrado, rodeado de edificios y objetos típicos de una ciudad, que parece
tener otro lado totalmente diferente con sólo dar los primeros pasos por la
feria.
Recorriendo Plaza Italia en un domingo de feria
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LaPlatartesanos
en
15:59
TERRITORIO - Alberto Cremonte
La tarde del domingo, en un fin de semana largo, da la
posibilidad de recorrer alguno de los
tradicionales paseos que tiene la ciudad de La Plata, pero sin la gran cantidad
de gente que los visita normalmente. Muchos pudieron aprovechar los días de
ocio para viajar, hacer mini turismo, o sólo descansar lejos de la ciudad,
sobre todo teniendo en cuenta la gran cantidad de estudiantes del interior del
país que residen en la ciudad. El buen clima también ayuda para que las plazas y
ramblas se llenen de chicos jugando a la pelota, andando en bicicleta y hasta
remontando barriletes.
Plaza Italia, en el
corazón de la ciudad, no está ajena a estos eventos dominicales. Los juegos
infantiles están repletos, en el tobogán algunos esperan para subir, las
hamacas parecen no tener descanso en su vaivén. Los canteros, los bancos y
hasta el pasto, son buenos lugares para sentarse a tomar mates, una gaseosa y,
en algún caso, una cerveza fresca.
En la feria
artesanal, no todos los puestos están ocupados, muchos artesanos mudaron su
arte a otros lugares turísticos. De todos modos, hay una buena cantidad que sí
lo están. Se puede transitar tranquilamente, parar en cada puesto y apreciar
los trabajos, sin que nadie empuje, ni sentir el apuro para que alguien más
también pueda ver.
De fondo, se
escucha música folclórica, una chacarera, seguida de una zamba o un gato, y
todas son bailadas con la misma pasión por las parejas de una escuela de
danzas, que adoptaron la sana costumbre de tomar la plaza como escenario de
baile.
Muchos puestos de
la feria ofrecen junto con sus productos el servicio de hacer trenzas bahianas
y rastas. Hay puestos de cerámica, de platería, de velas y jabones, también los
hay de productos de herrería, de trabajos en cuero, madera y hasta de muñecos
hechos en goma espuma.
Los artesanos,
comparten mates y charlas, sólo interrumpidas ante la pregunta de algún
potencial cliente que, al no estar ni apurado ni molesto, se toma todo el
tiempo que puede para ver y apreciar el trabajo realizado. Mira un simple par
de aros o una gargantilla de alpaca con detalles de piedras y cristales de
mineral, y cuando pregunte el precio y no lo pueda creer, solo dirá: ¡es
hermosa! Y seguirá con su recorrido, no dispuesta a pagar mas de $300 en adornar su cuello.
Cuando la tarde cae
y las luces de la plaza y de los puestos se encienden, pero hay uno que
sobresale entre varios, está iluminado por demás. Allí se venden diferentes
tipos de lámparas, colgantes y de pie, de madera y de telas coloridas, que
producen unos efectos lumínicos que llaman la atención de la gente.
Algunos, desarman
sus puestos, prolija y metódicamente, sólo dejando el lugar vacío de aquello
que se pudo vender hoy y que habrá que reponer para el próximo fin de semana,
si el tiempo lo permite. . .
Artesanos obligados a conseguir los cristales ilegalmente
Publicado por
LaPlatartesanos
en
15:12
NOTA - Bárbara Benítez
Los
artesanos que dedican su trabajo y habilidad a la parte metalúrgica y
cristales, denuncian la forma de obtención de los materiales. Están obligados a
conseguirlos a través del hurto en las minas. Estos problemas son antiquísimos y
se relacionan con la minería ilegal.
Ellos
recorren desde México hasta Ushuaia para poder conseguir las piedras y los metales.
Omar Ponce es uno de ellos, vende sus productos en Plaza Italia y sufre cada
vez que va en busca los cristales por lo difícil que es obtenerlos.
Viaja
hacia las minas y de forma ilícita los retira. Ponce dice al respecto “cuando hablamos de cristales, es otra cosa.
Tenemos que viajar a las minas de oro, plata, cobre, plomo, hierro. El cristal
está alrededor de la mina, por lo cual tenemos que ir más de una vez ilegal o
arreglar con el minero. Problemas hay ciento por ciento, siempre hay alguien
que te va a molestar por algo: policía, dueño, más allá de que uno va a buscar
piedra, que ellos no usan, no les sirve”.
Los
productores de artesanías retiran las piedras a mochila y en su espalda. Por
otro lado, la obtención de metales es más sencilla. Éstos se compran, la alpaca
principalmente, desde un kilo en adelante.
Por
su parte, la minería ilegal se
caracteriza por desarrollarse en lugares remotos, donde existen pocas
instituciones del Estado, lo que dificulta la labor de vigilancia y
fiscalización en menoscabo de la legalidad. Lo informal de esta actividad
conduce a la ilegalidad, desarrollándose en distintos niveles: mediana minería,
minería a pequeña escala y minería artesanal.
Los
extractores ilegales conocen las reglas y saben cómo evadirlas; promueven operaciones inicuas; compran la producción de
quienes extraen minerales como estrategia de supervivencia y suelen mantener una
relación de dependencia con los micro extractores o mineros artesanales,
facilitándoles insumos y dinero como forma de asegurar su fidelidad y dependencia permanente.
Es
necesario, de parte del Estado y de las empresas, controlar tanto la minería
ilegal como la obtención de estos
productos. Los trabajadores del rubro artesanal deben tener todo el derecho de
poder obtener de formar legal y sin arriesgar su vida los materiales. En esta
época actual donde se realizan tantas políticas públicas sorprende como estos
trabajos siguen siendo excluidos y poco abalados por los gobiernos de turno.
Búsqueda de insumos para las artesanías
Publicado por
LaPlatartesanos
en
18:50
NOTA DE COLOR - Bárbara Benítez
Cada artesano debe tener insumos para poder realizar sus proyectos. A la hora de organizar la inversión, una de las cuestiones a pensar es la de encontrar comercios donde puedan brindar los productos de trabajo, a un precio económico. Esto los ayudará en el momento de poner sus creaciones a la venta, para poder hacerlo a un precio razonable y, además, para que las artesanías sean de buena calidad y así garantizar la venta.
Para conseguir la materia prima que se utilizará para la construcción de su trabajo, deben tener en cuenta la variedad de productos de ese tipo en el mercado y su calidad. En La Plata, dependiendo del tipo de público al que se dediquen y en dónde venderán sus artesanías, varía la forma de obtención.
Hay dos maneras de obtener los materiales necesarios para la elaboración de las artesanías que son las más conocidas del ambiente y las que más se utilizan.
Algunos artesanos dedican horas a caminar las calles de la ciudad, buscando algún material que pueda servirles. Este es el caso de Aurelia, que recolecta vidrios. Camina mirando sus pies buscando lo que pueda servirle, para luego llegar a su casa y ponerse a proyectar su nueva obra en base lo que encontró.
Otra de las opciones es ir al centro comercial Once o a Tigre (Puerto de Frutos). La mayoría se dirigen al primero, por el precio y la gran variedad de bienes. En Once se pueden obtener todo tipo de canutillos, fornituras, lentejuelas, alambres, herramientas y muchísimo más, también accesorios para artesanías, pequeños regalos y suvenir armados o los materiales para su elaboración.
Para saber cuáles son sus comercios se puede consultar vía web o viajar directamente al centro comercial. Estas dos opciones de proveerse de materiales, deja ver la diferencia entre un artesano tradicional y aquel que dice serlo pero que en realidad compra los artículos industrializados.
El mundo de Aurelia
Publicado por
LaPlatartesanos
en
9:24
TERRITORIO - Ayelen Castrosin
Esa casa rosa que parece una casa
como todas, en su interior guarda decenas de objetos que la hacen especial. Ahí
vive Aurelia con su hijo, quien juega algunas tardes con una amiguita en la
mesa del patio.
La lámpara vestida en una tela
bordada con estilo hindú, y la cubierta del sillón y los adornos tejidos al
crochet, dan la bienvenida al hogar luego de pasar bajo los llamadores de
ángeles de la puerta de entrada.
El sol de la tarde temprana, invita a
estar afuera y rodearse completamente de
las artesanías que son, en su mayoría, fruto de su trabajo en vidrio. La casa
está llena de vida, a causa de la variedad de formas y colores, y por la
cantidad de plantas y flores que colman el patio.
Los perros, parte de la familia, van
y vienen hasta encontrar algún lugar a la sombra en donde recostarse. Los gatos
siguen su camino, buscando la sombra de los árboles para descansar, en un
ritual típico para ellos, sobre todo en días calurosos como este.
Tranquilos, los chicos juegan con lo
que se les cruza en el camino, sobre una mesa, con una soga, en una hamaca
casera, mientras, de vez en cuando, se escucha el cacarear de las gallinas tras
el alambrado.
Las creaciones de Aurelia están
literalmente por todos lados, como por ejemplo en la decoración de las paredes
que las convierten en un mar de peces a través de apliques y cuadros de vidrio,
o en un terreno abierto con flores y mariposas que sobrevuelan el lugar.
Una mesa se presta para que los
accesorios nuevos, recién salidos del horno, esperen la llegada de una mano que
los luzca, una mano que se anime a portar tan bella alegría. Las macetas que
visten a las plantas ya floreciendo en la tarde primaveral, también con sus colores vibrantes dan vida a ese cálido hogar donde vive Aurelia.
Aurelia, mucho más que una simple artesana
Publicado por
LaPlatartesanos
en
19:03
PERFIL - Alberto Cremonte
Aurelia, tiene 38 años y la fragilidad aparente de su pequeño
físico, queda a un lado cuando uno la escucha hablar, es toda energía, ímpetu,
mueve sus manos con ademanes firmes, resalta las palabras que ella desea que me
llamen la atención como para conseguir una re pregunta y así seguir con su
historia.
“Vivo de la artesanía exclusivamente, hace casi 15 años. Este es
mi trabajo.” Y dice trabajo, no de una forma caprichosa ni por ponerle un
nombre digno a lo que ella hace.
“Sí, es mi trabajo, y comienza con una vaga idea, un diseño, que
bien puede ser un plato, un cuadro o simplemente un tutor para plantas. En él
busco originalidad, detesto la copia, esto hace más ardua la tarea. No me gusta
copiar ni auto copiarme, estoy en permanente creación.”
Así se presenta, con autoridad, sin dejar lugar a dudas ni a
dobles discursos. Sus padres son paraguayos. El papá, llegó a Argentina a los
17 años en busca de un mejor futuro y escapando, como tantos otros paraguayos,
de la Dictadura Militar de aquel país.
“Acá también había dictadura”, señala Aurelia, pero al menos
estaban garantizadas la salud y la educación.
Su madre vino a los 9 años de edad, también mandada por sus
padres, a la casa de unos parientes, que ya estaban acá.
El espíritu combativo, aguerrido de nunca bajar la cabeza, ni
dejarse llevar por delante, por nada ni por nadie, está en su ADN, en esa
sangre guaraní, heredada de sus padres, que siempre le inculcaron seguir y
pelear por sus ideales.
Es la segunda hija. Tiene un hermano mayor, músico, un hermano
menor, que falleció electrocutado en un accidente doméstico, a los 15 años.
“La muerte de mi hermano nos marcó para siempre, hay un antes y un
después de ese desafortunado episodio”. Y tiene una hermana menor, que actualmente vive en Montevideo,
Uruguay.
![]() |
| Aurelia y su hijo Evo, de su blog http://jardindelapasionaria.blogspot.com.ar |
Aurelia nació en 1976, en el comienzo de la Dictadura Militar,
motivo suficiente para que sus padres decidieran dejar la ciudad. Se van a
vivir a Hipólito Vieytes, una zona rural a 70 kilómetros de La Plata. Allí
viven hasta 1981.
De regreso en La Plata, empezó con la educación formal en la
escuela primaria Nº125, luego comienza la secundaria en el Normal 3, hace hasta
tercer año y abandona.
“La escuela me aburría, me costaba, pero a la vez sentía que
estaba defraudando a mis padres, por el esfuerzo económico que les significaba.
Comencé a trabajar cuidando niños y así me empecé a dar algunos gustos, discos,
recitales, viajes.”
Más allá de estos “gustos” que se da, comienza unos cursos de
fotografía, pintura y uno de una aproximación al mundo del cine. Este último la
decide a terminar el secundario, de noche, en una escuela para adultos.
“Mi papá era mi ‘garante’, no me querían dejar estudiar ahí porque
era menor y él fue y firmó la autorización para que me dejaran estudiar. Una
locura.”
Termina el secundario y empieza a estudiar cine en Bellas Artes.
Ella misma señala un dato curioso:
“Cuando empecé la facultad, mi viejo empezó a estudiar en la
facultad de Trabajo Social, en 1995, estaba desocupado y con mis hermanos le
bancábamos el estudio al viejo. Se recibió, y hoy es ayudante de cátedra en la
materia Trabajo Social 5. Fue todo muy loco.”
Durante esos años en la Universidad, empieza a tener las primeras
aproximaciones al trabajo artesanal, pintando o ensamblando piezas de otros
artesanos. Viaja de vacaciones a Córdoba, se instala en San Marcos Sierra, en
una comunidad de artesanos, donde comienza a forjar su futuro. En 2000 decide
dedicarse de lleno a la artesanía en vidrio, vitrofusión combinada con hierro,
madera y otros materiales.
“Empecé trabajando para otros artesanos, pero al poco tiempo
entendí que el negocio era solo de ellos, yo ponía mi cabeza, mis manos, mi
creatividad y la ganancia se la llevaba otro. En ese momento, me pagaban 30
pesos por día y ese era el valor comercial de un solo par de aros que yo
diseñaba. Yo hacia 100 pares de aros por semana. Me sentí explotada y me fui.
Empecé a trabajar para mí, sin patrones, sin horarios.”
No alcanza con sólo ver y apreciar los objetos que realiza para
darse cuenta lo mucho que hay detrás de ellos, el esfuerzo por buscar
originalidad, el tiempo ocupado en la creación y el tiempo que quizás, deba
trasladarlo, mostrarlo y hasta
defenderlo antes de conseguir un comprador. Si es de los que aprecian realmente
todo ese trabajo, mejor.
Hace seis años que Aurelia no está sola, la acompaña Evo, su niño
y única razón por la cual el reloj le marca las horas. “La llegada de Evo fue
grandiosa, trajo orden a mi vida. Todo lo que proyecto gira en torno suyo. Él
es el único que me pone horarios.
Se termina el segundo termo de mates, amargos, y se apaga el
repórter.
El desalojo que sufren los artesanos: ¿cómo se las rebuscan?
Publicado por
LaPlatartesanos
en
16:53
NOTA - Clara Martínez
Aurelia, como tantos otros puesteros, fue una víctima del violento
desalojo de Plaza Italia, hace dos años, por parte de la policía, Control
urbano y bomberos a partir de la ordenanza municipal 10.810 Registro Único de
Actividades (comprende a todos aquellos sujetos que realicen actividades
lucrativas, prestación de servicios, producción artesanal, etc. dentro del
Partido de La Plata
con habitualidad, sin contar con un local comercial para llevar a cabo la
misma, y siempre que la actividad lo permita).
Les prometieron que tendrían un lugar asignado para continuar con
sus labores pero nunca se los concedieron.
Los artesanos no sólo se enfrentan a este problema, el de tener
que lidiar constantemente con policías o fuerzas que los van desplazando de
lugar perjudicando sus ventas y comercialización; sino que también se ven
afectados por la gran cantidad de vendedores que “re-venden” productos
industrializados, que no son artesanías y las venden a un precio apenas menor
que las que sí la son.
En los últimos años los artesanos han tenido una competencia
masiva por la cantidad de vendedores de productos industrializados (muchas
veces provenientes de China o Taiwan) y se ha desvalorizado su trabajo y mano de
obra. Aurelia cuenta que “muchas veces es difícil distinguir entre lo realmente
hecho con las propias manos y lo que se compra por unos pocos pesos y después
se re-vende. Esto nos perjudica y hay que ir buscando nuevas formas de vender”.
Las artesanías comienzan a valorarse por un valor comercial y no
uno cultural. Se fue perdiendo el valor nacional y de lo auténtico o genuino.
La mayoría de las personas no valoran el trabajo artesano y sólo buscan en las
ferias las cosas que están de moda, que generalmente son los productos que
trabajan los que revenden.
Además, no sólo está el problema de la competencia sino de que
muchas veces no hay una organización dentro de las ferias artesanales, no hay
acuerdos y eso genera conflictos constantemente. Aurelia sostiene que “no hay
un manejo adecuado de la feria por parte de los propios artesanos, es muy
difícil que haya un consenso para resolver problemas internos o para presentar
algún tipo de proyecto”.
Muchos artesanos continúan participando en ferias, aunque las ventas
cada vez sean menores, mientras que otros optan por la venta “puerta por
puerta”, algo que no es muy casual cuando de artesanías se trata.
Aurelia, a partir de los incidentes que sufrió vendiendo en las
ferias de La Plata ,
se gana la vida de esta forma, es su única fuente de ingresos para mantenerse
tanto a ella como a su pequeño hijo y todos los gastos que conlleva un hogar. Desde
hace unos años ha empezado a incursionar con el vidrio como material principal
para su trabajo, aplicando la técnica de vitrofusión en el taller que lleva
adelante en su casa.
Se las rebusca para vender sus productos artesanales a personas particulares
(ella asegura que del boca en boca se va generando un círculo de venta a través
de conocidos que saben que vos haces tales productos y te compran o te
recomiendan), realizando trabajos a pedido y también ha comenzado a vender por
mayor en comercios específicos.
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