El movimiento hippie y los artesanos

Nota de color- Alberto Cremonte 


En los últimos años de la década del ´60 comenzó a gestarse una rebelión juvenil, muy particular, que fue conocida como “movimiento hippie”, que se caracterizaba por pregonar la “anarquía no violenta”, la preocupación por el cuidado del medio ambiente y por un rechazo a las políticas materialistas occidentales.

Este movimiento tiene su origen en la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, y básicamente es en oposición a la sociedad de consumo y mediocridad que prevalecía en ese país, ante los cambios y mejoras que se estaban produciendo a nivel económico e industrial, que elevaron el nivel adquisitivo de la gran mayoría de los ciudadanos. Estos jóvenes se revelaron, condenando la actitud cómoda y conservadora de la sociedad y del sistema burgués. La oposición a la guerra de Viet- nam coronó a este movimiento.

La palabra “hippie” deriva del vocablo inglés “hipster”, que alude a los que pretendían ser “vanguardistas”. El movimiento hippie es posterior al de la Generación Beat, de la que heredaron la vida bohemia y el anti autoritarismo. Así comenzaron a reunirse en comunas y a vivir en comunidades, donde no había jerarquía y se fomentaba la libertad individual, la revolución sexual y el amor libre, como así también el consumo de drogas alucinógenas como el LSD y la marihuana y los métodos de meditación oriental.

Artísticamente, fue un movimiento muy prolífero, basado en la psicodelia y la multiplicidad de colores, expresados en la moda, artes gráficas, música y en otros ámbitos relacionados con esta contra cultura.

En Argentina, el movimiento hippie compartía el espíritu de los originales de San Francisco, de luchar por un cambio social, aunque tenían sus propios reclamos. En ese momento de la historia, el país era gobernado por la dictadura militar que encabezaba el General Juan Carlos Onganía y los jóvenes veían sus libertades restringidas, eran discriminados por la sociedad, perseguidos y reprimidos por la policía, solo por su aspecto (pelo largo, barba y por lo desalineado de su vestimenta).

El legado artístico de este movimiento contra cultural permanece vigente en la actualidad y puede apreciarse en distintas ramas del arte contemporáneo, como la pintura, la música y por supuesto en producciones artesanales de bijouterie y ornamentos que llevan el sello inconfundible del “hipismo”, tanto por los materiales usados, la forma de manufactura y principalmente por la filosofía de vida de los artesanos, que aun hoy continúan luchando y creyendo en que un mundo mejor es posible. . .


0 comentarios:

Publicar un comentario