NOTA - Clara Martínez
Aurelia, como tantos otros puesteros, fue una víctima del violento
desalojo de Plaza Italia, hace dos años, por parte de la policía, Control
urbano y bomberos a partir de la ordenanza municipal 10.810 Registro Único de
Actividades (comprende a todos aquellos sujetos que realicen actividades
lucrativas, prestación de servicios, producción artesanal, etc. dentro del
Partido de La Plata
con habitualidad, sin contar con un local comercial para llevar a cabo la
misma, y siempre que la actividad lo permita).
Les prometieron que tendrían un lugar asignado para continuar con
sus labores pero nunca se los concedieron.
Los artesanos no sólo se enfrentan a este problema, el de tener
que lidiar constantemente con policías o fuerzas que los van desplazando de
lugar perjudicando sus ventas y comercialización; sino que también se ven
afectados por la gran cantidad de vendedores que “re-venden” productos
industrializados, que no son artesanías y las venden a un precio apenas menor
que las que sí la son.
En los últimos años los artesanos han tenido una competencia
masiva por la cantidad de vendedores de productos industrializados (muchas
veces provenientes de China o Taiwan) y se ha desvalorizado su trabajo y mano de
obra. Aurelia cuenta que “muchas veces es difícil distinguir entre lo realmente
hecho con las propias manos y lo que se compra por unos pocos pesos y después
se re-vende. Esto nos perjudica y hay que ir buscando nuevas formas de vender”.
Las artesanías comienzan a valorarse por un valor comercial y no
uno cultural. Se fue perdiendo el valor nacional y de lo auténtico o genuino.
La mayoría de las personas no valoran el trabajo artesano y sólo buscan en las
ferias las cosas que están de moda, que generalmente son los productos que
trabajan los que revenden.
Además, no sólo está el problema de la competencia sino de que
muchas veces no hay una organización dentro de las ferias artesanales, no hay
acuerdos y eso genera conflictos constantemente. Aurelia sostiene que “no hay
un manejo adecuado de la feria por parte de los propios artesanos, es muy
difícil que haya un consenso para resolver problemas internos o para presentar
algún tipo de proyecto”.
Muchos artesanos continúan participando en ferias, aunque las ventas
cada vez sean menores, mientras que otros optan por la venta “puerta por
puerta”, algo que no es muy casual cuando de artesanías se trata.
Aurelia, a partir de los incidentes que sufrió vendiendo en las
ferias de La Plata ,
se gana la vida de esta forma, es su única fuente de ingresos para mantenerse
tanto a ella como a su pequeño hijo y todos los gastos que conlleva un hogar. Desde
hace unos años ha empezado a incursionar con el vidrio como material principal
para su trabajo, aplicando la técnica de vitrofusión en el taller que lleva
adelante en su casa.
Se las rebusca para vender sus productos artesanales a personas particulares
(ella asegura que del boca en boca se va generando un círculo de venta a través
de conocidos que saben que vos haces tales productos y te compran o te
recomiendan), realizando trabajos a pedido y también ha comenzado a vender por
mayor en comercios específicos.
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